Resumen:
Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), aseguran la inocuidad y el mantenimiento de la calidad; con su implementación, se logra garantizar el consumo de productos inocuos para fomentar la calidad como base de la competitividad, optimizar los procesos, ofrecer alimentos saludables y finalmente disminuir costos. Además de ser obligatorias llevan a importantes mejoras; sin embargo, es indispensable la inversión financiera, por lo tanto, la implementación del sistema de calidad depende de la voluntad gerencial y del trabajo sincronizado de todos los integrantes de la empresa para lograr un mejoramiento continuo, aumentar la satisfacción de los clientes y el éxito de la organización.
La empresa no cuenta con un plan de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) para el área de producción, que garantice el cumplimiento de las condiciones básicas de higiene en la fabricación de sus productos como jamones, salchichas, mortadelas, kábbano, chorizos, perniles, entre otros.
La empresa Carnes Procesadas Frizz Ltda., con la formulación del plan de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), y su posterior implementación, busca obtener productos sanos, mejorar las condiciones de producción y de servicio, para competir con otras empresas en el mercado regional, para garantizar la obtención de productos sanos, cumplir eficazmente con la producción y con los requerimientos de servicio al cliente.