Resumen:
Los cultivos de chontaduro hacen parte del entorno cultural, económico, social y ambiental de la zona, generalmente hace parte de arreglos agroforestales tradicionales, se halla asociado con plátano, cacao, café (aunque es zona marginal para este cultivo), frutales de clima cálido (cítricos, papaya, guamos…) y árboles de sombrío; aunque en los últimos años se ha venido sembrando como monocultivo por ser un cultivo promisorio para la zona. Agronómicamente el manejo que los productores le hacen al cultivo es poco: Algunos hacen semilleros en tierra o en bolsas de polietileno, trasplantan a campo 6 a 8 meses después aplicando ceniza y abono orgánico (residuos descompuestos de la cocina, gallinaza, bovinaza), son muy pocos los que aplican abonos químicos a este cultivo, realizan dos desyerbas con machete en el primer año, luego una por año. Alrededor de los tres años inicia la primera floración, tiempo en el cual inicia la aplicación de insecticidas (hasta la cosecha), para la prevención o control del barrenador del fruto Palmelampius heinrichi, la mayor “plaga” del cultivo. Entre tres o cuatro meses después se cosechan los racimos utilizando principalmente marota o parumas, después de esta labor se procede a “arreglar los racimos”, que consiste en retirar los frutos dañados, perforados y golpeados para darle mejor presentación al racimo.
La comercialización del chontaduro se realiza principalmente como fruta fresca y se caracteriza por tener un alto nivel de intermediación, afectando negativamente la economía de los productores. Además las condiciones de comercialización son inseguras y la vinculación a mercados eficientes e integración a la cadena es débil.