Resumen:
Cuando estudié por medio de la memoria, la historia de mi vida, se desplegó ante mí una serie de verdades existenciales que evidenciaron nuestra realidad humana, esencial, efímera y mortal; porque hablar tanto de historia y memoria, es hablar de muertos (seres y momentos) de otro tiempo.
Y es así como surge “Cajete paisaje humano”, debido a la necesidad de presentar y representar mi historia, donde exalto las vivencias de mi entorno, la vereda Cajete, un pequeño corregimiento ubicado al suroccidente de la ciudad de Popayán, lugar en el que siempre he vivido con mi familia y en el cual me han acontecido los mejores y peores momentos de mi vida, presenciando una serie de sucesos y factores inevitables de índole natural, que se presentan tanto en los individuos de mi entorno, como en todos los seres vivos y es el deterioro o combustión natural de la vida., combustión que nos lleva única y exclusivamente a la muerte.
Desde que fui consciente de que como ser pensante y sensible tengo la capacidad de crear por medio del arte soluciones para mis problemas, es que tengo la necesidad de traer y presentar, aquello que con gran importancia guardo en mi memoria, aquello que es pasado y murió, pero que afortunadamente puedo evocar y recrear materialmente de nuevo, gracias a mis recuerdos y el arte, utilizando un material como la ceniza, que contiene el sudor y el esfuerzo de los miembros de mi hogar, por ser el resultado final de nuestro trabajo, que además me brinda una serie de características semióticas alusivas a la vida y muerte, ideales para dar vida a mis recuerdos, vivencias y experiencias adquiridas como habitante de la vereda Cajete, que se amalgama en una serie de piezas escultóricas que constituyen esta obra.