Resumen:
La necesidad de considerar las distintas formas de pensamiento como valiosas, la pregunta por la cualidad de ciudadano, la revitalización de una memoria viva y lo que implica el pensar hoy a partir desde un lugar de enunciación que se considere propio son los tópicos que estructuran una ruta de investigación plantada en el primer semestre de la maestría en ética y filosofía política a la cual accedí en la modalidad de grado de estudios de profundización, en relación con la filosofía ética y política con un enfoque desde el pensamiento latinoamericano. En un principio se analiza la necesidad de la justicia epistémica; es decir, del reconocimiento y equidad en los saberes ancestrales para evitar la violencia epistémica que trae consigo violencia económica, rechazo, racismo y estigmatización. La ciencia lidera una de estas violencias epistémicas, pues se reconoce como única episteme, sobrepuesta y hegemónica sobre las otras (que simplemente llama saberes) por tanto tiene efectos negativos dentro de la sociedad como la cosificación de los sujetos y no contribuye a al desarrollo humano social. La posibilidad de cambiar el paradigma dominante y abrirse a otras posibilidades por fuera del método científico conlleva a la revitalización de los saberes propios como el arte de ombligar o las prácticas curativas que a su vez aparecen como prácticas de-coloniales. Estas posiciones desembocan en el planteamiento de Orlando Fals borda sobre la superación del eurocentrismo como argumento para salir del colonialismo intelectual.