Resumen:
El pensar una propuesta etnoeducativa e innovadora en el área de cultura, territorio y naturaleza fue un reto interesante ya que me motivó a pensar, una estrategia que aportó, que ayudó a los y las estudiantes a reconocer, apropiarse y valorar unos conocimientos que están en sus propias comunidades y hacen parte de su experiencia de vida.
La experiencia la realicé con los jóvenes de los grados séptimos uno y dos, de la Institución Educativa Intercultural Bilingüe Agua Negra en donde a partir de la siguiente pregunta ¿Qué pasaría si se terminara el cultivo del maíz en la huerta, en nuestro resguardo?; La cual surgió de la realidad que se está viviendo en la comunidad Nasa de Agua Negra, ya que en su mayoría se están dedicando más al trabajo del monocultivo como es el café, donde se están utilizando muchos insumos químicos para su producción.
De tal manera que al cultivar el maíz hemos acertado que es de gran importancia ya que es un producto de relevancia cultural, además de ser nutritivo en sus diferentes preparaciones alimenticias para la comunidad Nasa, no necesita de agentes químicos para su crecimiento y desarrollo, por ende fue significante concientizar a los estudiantes para que motiven a sus padres a la siembra del maíz, esto ayudaría a que las personas de la comunidad Nasa no se acostumbren a un solo cultivo, ya que los hace vulnerables a la economía del mercado incluso obligados a ser desplazados de nuestra propia casa.
Es por eso que a través de la práctica pedagógica profesional encuentro el fortalecimiento del cultivo tradicional como es la siembra del maíz en la huerta escolar y también como un espacio de compartir conocimientos de aprendizaje mediante la articulación de los ejes temáticos y áreas propuestos en el PEC. El tul es un espacio que motiva la participación, retroalimentación de conocimientos entre la comunidad educativa y el docente orientador, con el fin de obtener una estrategia de aprendizaje, fuera del aula en el contacto con la naturaleza que es altamente beneficiosa y productiva porque no solo vivifica a los sentidos; si no que recrea al espíritu estimulando al asombro, la reverencia por la creación y despierta la creatividad, rompiendo la rutina del encierro.