Introducción: La Lesión Renal Aguda Neonatal (LRA-N) se ha asociado con desenlaces desfavorables, incluso aumento de la mortalidad. El objetivo fue describir el curso clínico de la LRA-N después del diagnóstico en unidades de cuidado intensivo neonatal (UCIN) en la ciudad de Popayán-Colombia. Métodos: Estudio de cohorte prospectivo multicéntrico, conducido entre junio de 2019 y diciembre de 2020 en tres UCIN. Incluyó neonatos entre dos y 28 días de vida diagnosticados por primera vez con LRA-N con la clasificación KDIGO modificada para neonatos (KDIGO-N). Se excluyeron pacientes con cromosomopatías incompatibles con la vida, malformaciones renales mayores y cardiopatías congénitas complejas. Se calculó la incidencia acumulada, se realizó seguimiento hasta siete días después del diagnóstico, se evaluó recuperación, necesidad de terapia de reemplazo renal (TRR) y muerte. El análisis se realizó en R y tuvo aprobación de los comités de ética institucionales. Resultados: En 18 meses de estudio ingresaron 4132 neonatos a las UCIN, 93 pacientes 2,25% (IC95% 1,82-2,75) desarrollaron LRA-N. Los neonatos pretérmino y a término tuvieron una relación 3:2, sin diferencias en la severidad de acuerdo a la edad gestacional (P = 0,148). Durante el seguimiento la recuperación de la función renal fue mayor en pacientes con estadio 1 vs LRA-N severa ´estadio 2 y 3´ (95% vs 48.5%, P = 0.000). Cinco Recibieron TRR (5,4%) y 15 fallecieron (16,1%). Conclusiones: Los recién nacidos de cualquier edad gestacional que ingresan a UCIN pueden desarrollar LRA-N y es más frecuente entre el segundo y noveno día de vida. Los pacientes con estadio 1 tienen mayor recuperación y menor mortalidad que aquellos en estadio severo. Es importante el uso adecuado de la clasificación KDIGO-N que permite el diagnóstico y tratamiento oportuno de la LRA-N.
Background: Neonatal Acute kidney injury (AKI-N) is associated with poor outcomes and is considered an important cause of neonatal mortality. The objetive was evaluate the clinical course of AKI-N and the outcomes in neonatal intensive care units (NCIU) of Popayán, Colombia.
Methods: A multicenter prospective cohort study was conducted from June 2019 to December 2020 in three NCIU. We included newborns between 2 and 28 days, admitted whit diagnosis of AKI according to neonatal modified Kidney Disease Improving Global Outcomes (KDIGO-N). Chromosomopaty incompatible with life, major kidney malformations and severe congenital heart disease were excluded. Cumulative incidence was calculated and a seven-day follow-up was carried to identify the recuperation of kidney function, need for renal replacement therapy (RRT), or death. The statistical analysis was developed in R and was approved by the institutional ethics committees.
Result: In 18 months of the study, 4132 newborns were admitted to the NICU, 93 patients 2.25% (95% CI 1.82-2.75) developed AKI-N. The proportion between preterm and term infants was 3: 2, without differences in severity according to gestational age (P = 0.148). During follow-up, recovery of renal function was greater in patients with stage 1 vs severe N-AKI 'stage 2 and 3' (95% vs 48.5%, P = 0.000). 5 newborns needed RRT (5.4%) and 15 died (16.1%).
Conclusion: Newborns independently of the gestational age admitted to the NICU can develop AKI and it is most common between the second and ninth day of life. Stage 1 patients have greater recovery and lower mortality than patients in severe stage. The use of the KDIGO-N classification is important, for make a early diagnosis and treatment of AKI-N.