Resumen:
El presente trabajo en la modalidad de Practica Profesional tiene como propósito analizar el impacto del Narcotráfico sobre las operaciones de Captación bancaria en los departamentos de Cauca, Nariño y Putumayo para el año 2018, haciendo una aproximación a la estimación del valor de la producción de clorhidrato de cocaína y su respectiva cadena productiva. Este es un valor que resulta muy sensible a los precios y cantidades de insumos y de productos en diferentes regiones del país, dado que los precios del clorhidrato de cocaína se incrementan exponencialmente desde su producción en los laboratorios en el interior del país, hasta llegar a los puertos de exportación y a los mercados de consumo. Los datos utilizados fueron tomados de la información del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, SIMCI, de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, UNODC.
A nivel nacional la producción potencial de hoja de coca fresca para 2018 se estimó en 977.414 Tm, lo cual representa un aumento del 5 % con respecto al potencial estimado en 2017. El valor de la producción disponible de base de cocaína aplicando los precios ponderados por kg se ubicó en 2018 en $185, $455 y $343 mil millones de pesos en valores constantes para Cauca, Nariño y Putumayo respectivamente. para estimar el valor de la producción potencial de clorhidrato de cocaína tipo exportación y en lugar de producción se tomó como referencia el precio del alcaloide en $2.922,5 por kilogramo en precios constantes, obteniendo que el valor de producción de clorhidrato de cocaína en lugar de producción en el departamento de Nariño se estimó en COP $784 mil millones y COP $912 mil millones tipo exportación para el 2018, posicionándolo por encima de Cauca y Putumayo con el 24% y 12% del total nacional en el valor de la producción de clorhidrato de cocaína tipo exportación. dicha expansión de la producción está fundamentalmente explicada por el crecimiento de las siembras de la mata de coca, la cual alcanzó en 2017 las 171 mil hectáreas niveles superiores a los del año 2000 que se situaron cerca de 163 mil hectáreas y en 2018 cerca de 169 mil hectáreas. Debido a una política estricta de erradicación, ese nivel había caído a menos de 50,000 hectáreas en 2010.