Resumen:
El sector de telecomunicaciones ha experimentado un desarrollo significativo en lo últimos 12 años y el país
ha sido testigo de importantes cambios en el aumento de la calidad y capacidad de los servicios existentes,
en la planeación del desarrollo sectorial, en aspectos legislativos y regulatorios. Según el Departamento
Nacional de Planeación, de 1990 a 1998 el número de líneas instaladas por cada cien habitantes pasó de
10.03 a 18.91, posicionando a Colombia como el cuarto país con mayor densidad telefónica en América
Latina1. Actualmente la densidad telefónica es de 18 teléfonos por cada 100 habitantes y se espera llegar a
25 en el año 2003. El servicio de telefonía local ha recuperado gran parte de la industria de
telecomunicaciones en Colombia, presentándose un crecimiento en la oferta de un 8.5% anual.
El proceso de apertura del mercado de telefonía local, ha traído consigo la aparición de nuevas empresas
prestadoras del servicio, en competencia con las ya existentes, en algunas ciudades colombianas. Lo anterior,
se ha constituido en uno de los hechos más importantes en la historia reciente de las telecomunicaciones en
el país, y ha redundado positivamente en las estadísticas de penetración, calidad y cubrimiento del servicio.
La expedición de la ley 37 de 1993, autorizó a las entidades encargadas de la prestación de servicios de
telecomunicaciones, celebrar contratos de asociación. Esto, sumado a la gran demanda insatisfecha, y a los
niveles de inversión que implica satisfacerla, impulsó a las empresas a realizar Convenios de Asociación a
Riesgo Compartido con proveedores de equipos. Así fue como diferentes ESPs2 se asociaron con empresas
como ALCATEL, ERICSSON, NORTEL, SIEMENS o ITALTEL. Por ejemplo, tras la expedición de la Ley de
Servicios Públicos, y la apertura de los mercados locales de telefonía en 1996, cuando TELECOM lanzó su
proyecto Capitel con la finalidad de instalar 550 mil líneas sólo en la capital, firmó contratos de riesgo
compartido con Siemens, Ericsson, NEC y Nortel.