Resumen:
Los trastornos por ansiedad afectan entre el 5 y 10 % de la población general y en algunos casos los tratamientos farmacológicos son ineficaces (Eaton, 1995), razón por la que se siguen buscando nuevas opciones para su tratamiento, a través de alternativas basadas en productos naturales que tengan un mínimo de efectos colaterales (Sollozo et al, 2011). Las especies Scutellaria incarnata y Justicia pectoralis, son plantas que han sido empleadas en la medicina tradicional como tratamiento para el trastorno del estado ánimo, reportando mejoría sin consecuencias aparentes. Sin embargo, no se conoce si algunos compuestos químicos presentes en dichas plantas presenten o produzcan toxicidad en quienes las consumen.
Por esta razón, la evaluación de actividad citotóxica in vitro en células humanas, se emplea como tamizaje de productos de origen vegetal para garantizar su seguridad y ha sido usada en estudios de fase preclínica para la selección y desarrollo de nuevos fármacos ansiolíticos (Freshney, 2011). En este estudio se empleó una metodología colorimétrica fundamentada en la reducción del colorante Resazurina para la valoración de la citotoxicidad de 6 soluciones seriadas del extracto etanólico de Scutellaria incarnata a concentraciones de 25.000, 10.000, 5.000, 4.000, 3.000, 2,000 y 5 soluciones seriadas del extracto etanólico de Justicia pectoralis a concentraciones de 7.200, 5.000, 4.000, 3.000, 2,000 μg/Ml, en linfocitos humanos de sangre periférica, simultáneamente fueron utilizados cultivos de linfocitos sin ningún extracto como control.
Los resultados expresan la sobrevivencia celular observada y fueron analizados estadísticamente por medio del análisis de varianza ANOVA (p ≤ 0.01). Ninguna de las concentraciones evaluadas de los extractos produjo citotoxicidad en los linfocitos. Esta información proporciona los primeros resultados útiles en cuanto a la seguridad, debido a que es necesario seguir avanzando a través de una batería de pruebas como lo establecen las normas internacionales para garantizar un uso racional y seguro de productos fitoterapéuticos. Permitiendo así, integrarlas a los sistemas de salud e introducirlas al mercado nacional e internacional mediante la comercialización.