Resumen:
El programa de Filosofía para Niños y Niñas (de ahora en adelante FpN) surge bajo la premisa de que filosofar no es sinónimo de memorizar ni de recitar teorías de la historia de la filosofía, sino que el ejercicio filosófico parte, en este caso, desde las propias inquietudes de los niños y niñas, de lo que los asombra y de lo que se preguntan. Es, desde allí, que ellos mismos crean y construyen su propia filosofía. Esta propuesta tiene su foco en la perspectiva del niño, el cual no viene al mundo solamente a repetir lo que los adultos le enseñan, sino que se mueve por una sed de comprenderlo desde su propio punto de vista y sus propios sentidos; por ello, el niño se considera un interlocutor intelectual competente, esto quiere decir que con él se puede hablar, se pueden explorar ideas y preguntas filosóficas, ya que poseen la capacidad de desarrollar un punto de vista propio (El adjetivo “filosófico” puede entenderse como el intento o esfuerzo, sea en preguntas o hipótesis, por comprender el mundo).
