El saber afro de esgrima de machete y bordón es una técnica de defensa personal de origen africano que se ha mantenido vivo en el municipio de Puerto Tejada, en el departamento del Cauca - Colombia. Esta práctica, transmitida de generación en generación, ha sido utilizada por las comunidades afrodescendientes como una forma de resistencia y de preservación de su identidad cultural.
La esgrima de machete y bordón se originó durante la época de la esclavitud, cuando los esclavos africanos se vieron obligados a defenderse con herramientas cotidianas como machetes y palos de madera. Con el tiempo, esta técnica evolucionó en un arte marcial sofisticado y estructurado, que fue transmitido oralmente de generación en generación.
En Puerto Tejada, la esgrima de machete y bordón se ha mantenido vivo gracias a la labor de los maestros y practicantes locales, quienes han trabajado para preservar y difundir este saber ancestral. Esta práctica se ha convertido en una forma de fortalecer la identidad y la autoestima de las comunidades afrodescendientes, y también en una herramienta para luchar contra la discriminación y el racismo que enfrentan estas comunidades, así han encontrado una forma de conectarse con su pasado y su cultura, al mismo tiempo que se fortalece su resistencia y lucha por la igualdad y la justicia. La práctica de este arte marcial representa un testimonio de la resistencia y la resiliencia de las comunidades afrodescendientes frente a la opresión y la discriminación histórica.
The Afro knowledge of machete and staff fencing is a self-defense technique of African origin that has been kept alive in the municipality of Puerto Tejada, in the department of Cauca, Colombia. This practice, transmitted from generation to generation, has been used by Afro-descendant communities as a form of resistance and preservation of their cultural identity.
Machete and staff fencing originated during the era of slavery, when African slaves were forced to defend themselves with everyday tools such as machetes and wooden sticks. Over time, this technique evolved into a sophisticated and structured martial art, which was passed down orally from generation to generation.
In Puerto Tejada, machete and staff fencing has been kept alive thanks to the work of local teachers and practitioners, who have worked to preserve and disseminate this ancestral knowledge. This practice has become a way to strengthen the identity and self-esteem of Afro-descendant communities, and a tool to fight discrimination and racism.
Through machete and staff fencing, the Afro-descendant communities of Puerto Tejada have found a way to connect with their past and culture, and to strengthen their resistance and struggle for equality and justice. The practice of this martial art represents a testimony to the resistance and resilience of Afro-descendant communities in the face of oppression and historical discrimination.