Resumen:
Las instituciones educativas constituyen espacios de formación de niños, niñas y jóvenes, cuyos intereses y dinámicas de formación están direccionadas a las necesidades productivas de la sociedad. Pero además de eso, las instituciones educativas son espacios de socialización, toda vez que los procesos de enseñanza- aprendizaje, inevitablemente están atravesados por las relaciones que se establecen entre los actores de dicho proceso, esto es, entre estudiantes, estudiantes y profesores y comunidad educativa.
En correspondencia con lo anterior, el presente ensayo tiene como objetivo proponer una reflexión en torno a una pedagogía de la alteridad que se enmarca en el reconocimiento del Otro como fundamento y punto necesario a pensar en el proceso de educación actual. Lo anterior, orientado a la formación de los estudiantes en valores que les permita establecer relaciones contribuyentes y capacidades transformadoras de su entorno. Es decir, recuperar el sentido social y crítico inmerso en el proceso de educación que, bajo el impacto de la globalización, ha priorizado una formación que obedece a las necesidades del mercado.