Resumen:
El cuerpo ha perdido su carácter simbólico, ha sido despojado de su halo imaginario, ha perdido su valor moral, ha sido descompuesto en sus elementos y sumido a la razón analítica, ha sido separado, cortado y escindido no quedando de él más que un conjunto de elementos sustituibles cuando no funcionan correctamente.
El cuerpo se ha convertido en un objeto de investigación sin límite siendo valorado como una máquina y relegado a análisis que sólo prevén funciones físicas y químicas, al tiempo en que desde su lado visible, exteriorizado y social, se convierte en un medio de representaciones que también hacen parte de ese mismo proceso que, de igual manera, da lugar a múltiples transformaciones del mismo.
Diferentes aspectos como el científico o actividades comerciales entre otras, así como circunstancias ideológicas alternativas que tienen gran influencia en la actualidad, han generado permisiones y concesiones a la libre manipulación del cuerpo haciendo necesario que se reelabore constantemente su concepto, ya que se ajusta con la misma velocidad en que surgen éstas que tienen en común un creciente detrimento hacia su apariencia, algo que sin duda trae complicaciones en la forma de vivirlo y por la misma razón, en la manera de experimentarlo.