Resumen:
La búsqueda de conocimiento requiere sacrificio. Este tema me llegó como una revelación al estudiar la simbología de las imágenes en Bloodborne de Miyasa¬ki, la reflexión del mito del hombre colgado me pareció muy interesante porque respondía muchas inquietu¬des que me asaltaban en ese momento, los ciclos de renovación y destrucción, las muertes que no son defini¬tivas, un punto común dentro de la diversidad humana (“la universalidad de lo humano” le llamaba), además dialogaba con las imágenes que estaba trabajando, les dio rumbo a mis piezas pues estas no tenían un propó¬sito claro más allá de existir por una inquietud sin rostro, el título que les otorgué en ese momento “La acción sin voluntad” lo hace evidente.
Inicialmente pensé que conocer el concepto bastaría para entender, la experiencia del proceso de creación de este trabajo de grado me enseñó de primera mano la magnitud de esta frase.
De una manera u otra, siempre se presentó el hombre colgado.
El hacer es una acción repetitiva de desgaste, una lucha diaria por la imagen, la siento en mis ojos cansados, llorosos en la noche, en una extraña fatiga difícil de definir, la piel de mi dedo corazón pelada y rojiza, no duele, solo impresiona un poco al ver las grietas secas como una llanura quebradiza, sin embargo no me de¬tengo porque me agrada, porque no puedo parar hasta verla cobrar vida, cada línea la acerca a la realidad, una a una, de entre millones que faltan sobre millones que esperan, sin embargo por más intensos que sean mis deseos por terminar debo dividir los encuentros en escaramuzas, no puedo seguir indefinidamente porque si no me detengo me acabo yo primero.