Resumen:
Las coyunturas sociales por los procesos de globalización y paralelamente, en escalas locales, los de reconocimiento y autoreconocimiento de identidades subalternizadas (por los procesos de modernización) establecen nuevas rutas para la reconstrucción de la memoria y la valoración de las expresiones propias de las comunidades por ellas mismas; donde, desde el interior, los mismos grupos se reeditan para facilitar que las culturas emerjan. De ahí que lo establecido, desde la institucionalidad, como patrimonio limite el significado de éste al dejar por fuera lo que constituye el día a día de las comunidades; condiciones rutinarias que definen los imaginarios, construyen la memoria y la identidad.