Resumen:
El presente trabajo de planteó como una oportunidad para explotar rutas posibles que permitieran a los niños y las niñas de la Institución Educativa Rural Alto Afán, particularmente los de grado segundo de la sede Nueva Esperanza, aprender a expresar sus emociones, a encontrarse y reconocerse como individuos y colectivo, y a fortalecer sus habilidades para enfrentar la vida en comunidad. Esto considerando sus condiciones socio-demográficas marcadas por el desplazamiento forzado y la marginalidad. De hecho es de indicar que la Sede Educativa se encuentra ubicada en el asentamiento que lleva su mismo nombre, el cual se estableció como parte de las migraciones forzadas que se recrudecieron en el año 2000 por la presencia de grupos paramilitares en la región. Se trató entonces de aportar desde la educación emocional para que los niños y las niñas, hijos e hijas de padres desplazados por la violencia o directamente víctimas del desplazamiento forzado, tengan herramientas que les permita no solo sentir que hacen parte de un lugar físico donde pueden estar, sino también donde puedan ser. Se implementó como estrategia pedagógica una serie de talleres que hacen parte de la propuesta Aprendiendo a manejar mi mundo afectivo del Movimiento Fe y Alegría, la cual se enmarca en lo que la Organización Mundial para la salud he denominado como la formación en Habilidades para la Vida.