Resumen:
El proyecto se desarrolló mediante la ejecución de 9 actividades. Durante el proceso hubo intercambio de saberes entre estudiantes, estudiantes y maestro, que fortalecieron los conocimientos disciplinares y las competencias en las áreas de ciencias sociales y filosofía. Fue un proceso gradual, que permitió que los estudiantes leyeran y sobre todo escribieran mejor, que aprendieran a elaborar un ensayo y ser más críticos mediante la construcción de procesos argumentativos sobre problemáticas sociales como el proceso de paz y otros campos de interés del estudiante. La experiencia vivida como maestro me permitió mejorar las prácticas pedagógicas porque no iba al aula a dictar temáticas, sino a acompañar y a orientar clases desde las mismas necesidades de los estudiantes, partiendo de sus propios intereses. La práctica pedagógica se convirtió en un espacio de autorreflexión, de conceptualización y experimentación didáctica; hubo una excelente interlocución entre sujetos y saberes, se fueron construyendo reflexiones muy interesantes sobre el papel que debe jugar el estudiante y el maestro en el aula,
desde la acción misma, desde el trabajo in situ.