Resumen:
La falta de acceso a agua de consumo de buena calidad constituye un riesgo elevado de transmisión de enfermedades. Las poblaciones marginadas son las más vulnerables a este riesgo, y principalmente se ubican en localidades rurales (González, et al., 2000, p. 380). Una alternativa para la desinfección del agua en este tipo de comunidades es la radiación solar, la cual ha demostrado ser una técnica eficiente en la inactivación y destrucción de bacterias patógenas presentes en el agua (McGuigan, 1998).
Los esfuerzos mundiales están en marcha para promover la desinfección solar del agua (SODIS) como una solución simple, ecológicamente sostenible y de bajo costo para la desinfección de agua y su almacenamiento seguro. SODIS es promovido actualmente en más de 30 países y en al menos siete países de América Latina a través de la Fundación SODIS en particular en Bolivia (Mausezahl, et al., 2009).
Para optimizar el método SODIS, en zonas cuyo clima es poco favorable, debido a los problemas de nubosidad, menor intensidad solar, se están llevando a cabo investigaciones sobre la planta Artemisia annua, una hierba de origen chino utilizada desde hace más de 2000 años, que ha sido redescubierta hace unos 30 años como un remedio poderoso contra las diferentes formas de la malaria. Se sabe que el té de Artemisia annua no solo cura la malaria, sino otras muchas enfermedades de origen viral y microbiano (Lutgen and Michels, 2008; Lutgen and Bernard, 2008; Lutgen, 2009).
En este sentido, se hace importante conocer si se puede potencializar el método SODIS para desinfectar el agua contaminada microbiológicamente con E-coli y Salmonella y observar las variaciones que se presentan de pH, temperatura del agua, oxígeno disuelto, turbiedad, conductividad eléctrica y radiación solar.