Resumen:
Dos niños entregaron su confianza al adentro. Se depositaron en un encierro que los protegía de lo que afuera, no les permitía estar en paz. La intimidad que crearon con aquel espacio nació, por su cualidad de ser protector y cuidador.
Mi hermano y yo nos escondimos en la casa, aquella estructura se volvió cómplice y amiga. Como en un juego, poco a poco advertimos otros espacios escondrijos en su interior, puesto que aquel contenedor grande que nos cuidaba era también el espacio que cubría a otros y éstos a su vez guardaban en su interior objetos contenedores.