Resumen:
La agresividad genera en los niños y las niñas un daño físico, psicológico y
fisiológico. El daño físico generalmente se ve reflejado en el agredido por golpes o
heridas. Los daños psicológicos llevan a los pequeños a un comportamiento
antisocial respondiendo a cualquier ofensa leve que sea, de manera agresiva. Y el
daño fisiológico lo causa el exceso de adrenalina en el momento de la agresividad
debido a que altera la respiración, el corazón, el sistema nervioso e inhibe de los
órganos del abdomen. Por lo tanto, para el cuidado de la integridad individual de
los niños y las niñas es necesario plantear alternativas de solución.