Resumen:
La imagen y las “enfermedades” mentales han tenido, generalmente, dos relaciones: una, el arte de los locos que tanto ha interesado a los facultativos; otra, encontrar en la obra la iconografía del loco, la histérica, el alienado, normalmente en retratos o escenas representadas en una técnica u otra (Blasco, 2016). En las últimas décadas, se ha visto un desarrollo notable de un grupo de patologías que ya habían sido tema de estudio dentro de la sociedad. A medida que el tiempo avanza, esto ha impactado por los comportamientos perjudiciales que caracterizan estas enfermedades, implicando no solo la mente de quien las posee, sino también su cuerpo. Así, he planteado este trabajo a partir del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), uno de los problemas psicológicos que parte de la ansiedad y que ha expuesto al cuerpo y a la mente a un enfrentamiento constante, ya que sus síntomas empiezan alterando los pensamientos e ideas del sujeto, progresivamente su cuerpo ya sea mediante la autoagresión o por los cambios que este presenta, que son consecuencia de la ingestión de diferentes tipos de sustancias para controlar la enfermedad. Mi fundamento para iniciar con el desarrollo de mi trabajo “Pensamientos persistentes e impulsos recurrentes” nace de mi interés por hacer del trastorno obsesivo compulsivo una herramienta plástica para mostrar la problemática de una comunidad desde mi experiencia individual; igualmente, abrir el pensamiento de las personas frente a las representaciones típicas que existen de este trastorno.