Resumen:
Finalmente, cuando terminé el colegio decidí ingresar a la universidad a estudiar artes
plásticas. A pesar de que durante mi crecimiento fui alimentando diferentes gustos e
intereses que captaban mi atención, los cuales luego me planteé estudiar como profesión,
todo me apuntaba hacia la creatividad y hacia el ser humano, intrínsecamente y de alguna
manera.
Durante este proceso, no solo conocí el arte respecto a parte de su historia y en cuanto al
aprendizaje de algunas de sus técnicas, también conocí mis intereses, mis cuestionamientos,
mis temores, lo que me incomoda y lo que quiero expresar. También me llevó de nuevo
donde todo comenzó, a mi infancia. Esto me condujo a indagar sobre mi sentir, mi pensar,
mi identidad, mis experiencias e historia de vida, mi entorno socio cultural, las personas
que me rodean, lo que amo y lo que odio, lo que me hace ser quien soy.
Todos estos cuestionamientos desembocaron en lo que siempre capturó mi atención, el
interior del cuerpo. Así, emprendí una investigación de la anatomía, el funcionamiento del
cuerpo y de la mente, el ser social y la sociedad, realizando un estudio del ser humano en
sus aspectos principales, los cuales son los aspectos que lo componen: de un lado, el
aspecto físico, biológico y anatómico, y de otro lado, los aspectos psicológico, espiritual,
social y cultural.
Esta búsqueda fue producto de ser una humana inmersa en la sociedad, una persona que se
cuestiona, que siente y que al igual que muchos, se encuentra abrumada por la realidad. Me
abruma el actuar deshumanizado de los humanos, en el que muchas veces también caigo.
En algunas ocasiones siento rechazo y repudio hacia la sociedad, buscando alejarme de ella,
aislarme, evitar relacionarme, evitar sentir para no ser lastimada. En algunas ocasionas soy
la que lastima, una humana siendo humana. Pero en esa búsqueda también pretendo
encontrar una afinidad con los demás, respetar así no tolere, intento no dañar así me dañen,
trato sanar y ayudar a sanar. Intento converger en una armonía buscando mi propio bienestar sin alterar el de los demás. Y es en el interior donde encuentro esa simpatía, en
nuestra morfología, donde todos somos iguales, producto de una misma creación.