Resumen:
La vida y el quehacer del ser humano están regidos por el espacio y el tiempo, lo cual conocemos como vida cotidiana, que incluye las acciones humanas que mantienen lo repetitivo, automatizado, fijado, que transporta el diario vivir a la monotonía, y a un estado que en ocasiones no aceptamos pero que satisface nuestras necesidades sociales, biológicas, culturales y psicológicas.
En la vida nos encontramos sometidos a la repetición, que sistematiza nuestras actividades básicas como: el dormir, el levantarse, la alimentación, el trabajo e incluso el ocio, todo esto ha generado que diariamente estemos regulados por una cotidianidad que estructura y organiza el comportamiento social e individual.
Es desde la reflexión sobre, la cotidianidad en relación con el ser humano y su entorno de donde surge esta propuesta, partiendo desde el diario vivir de mi hogar; ahí comencé a observar el régimen temporal al que estábamos disciplinados con mis padres, en el cual día a día estamos programados para hacer labores de manera repetitiva y automática, se puede deducir que todos estos comportamientos supuestamente son naturales pero no es así, solo se obedece a patrones impuestos por la sociedad, donde el ser humano se ve obligado a cumplirlos, para que así pueda adaptarse y poder encajar en ella. Es común realizar todas estas actividades la mayor parte de nuestra vida, casi siempre se hacen las cosas de una manera inconsciente, esto nos convierte en unos autómatas programados.
Estas consideraciones me llevaron a una idea en el trascurso de los años de pregrado, encontrando que la automatización humana puede convertirse en un tema de planteamiento plástico.