Resumen:
He de decir, que no imagino ahora la vida sin esa oscuridad que sale a relucir en las noches, cuando todo está callado y las luces se apagan. Esa oscuridad que adora la quietud y se manifiesta dentro de mi mente como sonidos desconocidos e imágenes a blanco y negro. El horror se ha incorporado en mi esencia y nos hemos vuelto amigos. El horror de seguir viva en una realidad que siento ajena, es lo que me ha llevado ahora a escribir éstas líneas. Esa realidad de los vivos que no viven, es lo que me ha empujado hacia el abismo de los sueños, hacia la infinitud de las pesadillas. Es ahí donde las sombras me hablan y los objetos cobran vida. Es ahí donde me reúno con los maniquíes a hacer rituales para adorar a la luna y al fuego. En ellos me encuentro cuando estoy perdida. Los bosques me han dado el descanso del espíritu y no he necesitado nada más para seguir en pie. Todo esto es lo que me mueve a tomar mi cámara e ir hacia esos recuerdos cuando quiero traer a la tierra, lo que está en los sueños.
El horror ha sido guía y lejos de ser negativo, ha estimulado mi imaginación a tal punto de que mi cotidianidad se ha visto transgredida por esas escenas en las que me veo reflejada y de las que ya no podré escapar.
Cada foto es un pedazo de mi vida onírica, me construye desde la multiplicidad de espacios y seres que al final del día no son más que versiones mías, que aunque distorsionadas, están cargadas de propósitos que no descansarán hasta verse cumplidos.
La fotografía me ha permitido la eternidad y es por eso que la uso como puente entre el suelo que piso y lo que sueño. Cada fragmento es un siglo que paso sumergida dentro de mí misma buscando todo eso que no sabía que se me había perdido.
No tendría más motivos que escarbar entre mi miseria hasta encontrarme, buscarme desde el horror, la angustia, el sufrimiento y el miedo. Solo desde ahí podría tener noticias de mí misma y del significado de estar viviendo justo ahora para contarlo. Solo de esa forma me es permitido vivir cuantas realidades sean posibles mientras pueda seguir navegando entre todas las que soy sin perderme de vista. Agradezco enormemente poder sentir el horror.