Resumen:
El hilo narrativo de los apartados que componen este trabajo responde a una lógica que pretende ir desde elementos macro como lo son la configuración del conflicto armado, las dinámicas de poblamiento y las disputas étnicas e interculturales hacia los elementos micro que configuran las condiciones internas del museo, que si bien están atravesadas por lo macro, son particulares y propias de este escenario, como: las dinámicas en las que se creó el museo, los actores implicados en su creación, sus relacionamiento, disputas, encuentros y desencuentros y las resistencias para el sostenimiento y defensa que han llevado a cabo durante estas décadas.
En el primer capítulo busco adentrar al lector al territorio, concientizarlo y sensibilizarlo mostrando cómo ha sido vivir en esta zona disputada, en la que se enmarca un proceso como el museo comunitario. Basándome en esos tránsitos entre lo macro a lo micro, hago una identificación de las dinámicas armadas que caracterizan esta zona y de los hitos de memoria que identifican y narran habitantes de Corinto, principalmente de La Cristalina, sobre los hechos de violencia que más los han impactado a ellos y al museo.
En el segundo capítulo doy continuidad a la idea de entender cómo se configura el territorio y algunas de sus disputas y tensiones transversales; se desarrolla un eje del proceso de reconstrucción de memoria centrado en entender el poblamiento de la vereda La Cristalina, los actores implicados, sus procesos y relacionamientos. En este sentido, rastreo en un primer momento los posibles periodos de llegada de familias campesinas e indígenas a la zona, así como se cuenta brevemente su desarrollo político-organizativo en este territorio; en un segundo momento, narro las memorias del Comité del museo sobre cómo y quiénes fundan esta vereda, los actores implicados, que en este caso son campesinos, indígenas y las propias FARC, y las disputas y cooperaciones que encarna ese proceso de fundación y que van a derivar en la fundación del museo.
En el tercer capítulo me adentro aún más al caso de las disputas y visiones de territorio que configuran el propio museo. En la primera parte de este capítulo hago una reconstrucción de la historia de vida y militancia de Jesús Antonio Plata Ríos, alias Zeplin, fundador del museo, para entender su cercanía con la población campesina, sus motivaciones para construir el museo y sus puntos de fractura con la población indígena de la zona. En la segunda parte intento reconstruir, al igual que en el segundo capítulo, los lugares de procedencia y migración, esta vez no de las personas, sino de las piezas arqueológicas con las que cuenta el museo, y que pertenecen a las culturas prehispánicas Bolo-Quebrada Seca, Nariño, Calima y Malagana, que fueron encontradas y donadas por habitantes de la zona, o compradas, encontradas y trasladadas por Zeplin y los hombres y mujeres integrantes de las FARC que recorrieron las zonas de los territorios de Cauca, Valle del Cauca, Tolima y Nariño.
En el cuarto capítulo de este trabajo de investigación, desarrollo la idea del porqué el museo Comunitario se configura como un escenario de resistencia. Esta resistencia está anclada a la noción de sobrevivencia, categoría émica que utilizan integrantes del Comité del museo para describir al museo como un “sobreviente”. Abordo también el museo como resultado de luchas y disputas que han posibilitado el desarrollo de otras formas de resistir, de habitar y de tejer lazos en el territorio, representados en las estrategias de resistencia que han desarrollado los integrantes del Comité del museo para defender y sostener este espacio comunitario.
Por último, en las consideraciones finales, presento los nuevos viejos desafíos a los que se enfrenta el museo y las posibilidades presentes y futuras de este escenario. No se llaman conclusiones porque el trabajo no puede ni pretender concluir nada, por el contrario busca abrir caminos y generar nuevas reflexiones que permitan fortalecer este escenario comunitario.