Resumen:
En los cajones de un viejo armario de madera, mi abuela con sumo aprecio guarda su historia de 82 años entre ropa, sabanas, cajas de hilos, tejidos en crochet, oro y álbumes con páginas envejecidas donde están guardadas las fotos de su vida. En las viejas páginas de aquellos álbumes, reposan fotos tomadas en blanco y negro, amarillentas por el tiempo, tomadas en una época donde por el Valle del Patía la fotografía era algo poco común. Los retratos de mis dos tatarabuelas, Mi bisabuela Gracielina Caicedo, rodeada de sus hijos; mi abuela Olivia Angulo, en su foto de grado de la normal superior de la unión; o dos mellizas en su primer año de vida, llamadas Ana Tulia y Gracielina, bautizadas en honor a los nombres de sus abuelas, en las que se encuentra mi madre. Todos estos objetos que son soporte de la historia de mi familia hasta el día de hoy, y que me han servido para conocer cada vez más mi proveniencia.