Resumen:
La violencia política ejerce un impacto diferenciado sobre el movimiento estudiantil, manifestándose no solo a través del daño material o físico, sino también en dimensiones psicológicas y simbólicas. Este tipo de violencia puede estar diseñado para impactar de manera estratégica en los distintos planos emocionales, buscando debilitar la capacidad del movimiento para convocar y actuar, además de afectar la percepción que se tiene sobre este actor, alterando la narrativa y el significado simbólico que la sociedad atribuye a sus dinámicas y objetivos. De esta manera, el impacto de la violencia política se extiende más allá del daño inmediato, influyendo en la estabilidad emocional y la representación simbólica del movimiento.