Estados liminales es un proyecto de investigación-creación audiovisual que emerge de una exploración introspectiva sobre la experiencia del dolor y la violencia vivenciadas durante el tránsito de la adolescencia a la adultez. Este tránsito es concebido como un estado liminal: Un umbral simbólico profundamente transformador que fractura, reconfigura y redefine la identidad.
La propuesta metodológica se articula en torno a la escritura confesional y la experimentación audiovisual mediante procedimientos como la fragmentación narrativa, la superposición de imágenes y la construcción de paisajes sonoros disonantes. A través de un enfoque que privilegia la disrupción formal y la composición sensorial, se configura un collage audiovisual compuesto por capas de imágenes intervenidas, grabaciones domésticas, texturas cromáticas y elementos sonoros distorsionados. Estas estrategias no responden a estructuras narrativas lineales ni convencionales, sino que operan bajo una lógica simbólica, afectiva y estética. En este marco, el cuerpo es comprendido como archivo viviente: espacio de inscripción de la memoria, el trauma y la resistencia.
El proyecto plantea una estética de la disidencia que convierte la herida en dispositivo expresivo y la vulnerabilidad en potencia creadora. Desde esta perspectiva, la liminalidad no solo se manifiesta como tránsito, sino como un locus de enunciación para subjetividades femeninas que transitan los márgenes de la normatividad.
Estados liminales is an audiovisual research-creation project that emerges from an introspective exploration of the experience of pain and violence endured during the transition from adolescence to adulthood. This transition is conceived as a liminal state: a symbolic threshold that is profoundly transformative, one that fractures, reconfigures, and redefines identity.
The methodological approach is grounded in confessional writing and audiovisual experimentation through techniques such as narrative fragmentation, image layering, and the construction of dissonant soundscapes. Through a framework that privileges formal disruption and sensory composition, the project forms an audiovisual collage made up of intervened images, domestic recordings, chromatic textures, and distorted sound elements. These strategies reject linear or conventional narrative structures in favor of a symbolic, affective, and aesthetic logic. Within this context, the body is understood as a living archive—a site for the inscription of memory, trauma, and resistance.
The project proposes an aesthetics of dissidence that transforms the wound into an expressive device and vulnerability into creative potential. From this perspective, liminality is not merely a transitional condition, but a locus of enunciation for feminine subjectivities that inhabit the margins of normative frameworks.